New York Cheesecake, sola o con salsa de arándanos es una tarta de queso fácil y famosa donde las haya. Un postre con raices en la gran manzana que se ha convertido en uno de los postres favoritos de los americanos y de medio mundo. Este clásico americano tiene la consistencia cremosa y suave del queso, el crujiente de la galleta y el contraste dulce de frutos del bosque. Un final perfecto para cualquier comida, en mi caso como mi tarta de cumpleaños que celebraré este fin de semana en casa de Pilar, no creo que sobre nada…
Apple pie, cheesecake, brownie, pancakes o tortitas, dónuts, banana bread… seguro que alguno de estos nombres os vienen a la cabeza cuando pensais en un rico postre, pues sabed que la mayoría de ellos surgieron de experimentos fallidos. En el caso de esta receta su ingrediente principal, el queso cremoso, fue consecuencia de un fallo de un ganadero.
El pastel de queso es uno de los postres más comunes y, quizás, uno de los más antiguos del mundo. El primer registro que hace mención al pastel de queso viene de la antigua Grecia (Aegimus, πλακουντοπουκόν σύγγραμμα). La historia de este pastel empieza con Marcus Porcius Caton, él escribió dos recetas para uso religioso: libum y placenta (esta segunda es la que más se parece a la actual) pero fue William Lawrence de Chester (1872 New York) el que llevó este postre a su fama mundial. A él se le ocurrió una manera de hacer un queso más cremoso parecido al queso francés Neufchatel, seguro que os suena por el nombre con el que James Kraft lo comercializó en 1912: “Philadelphia”.
Aunque la receta original es con crema de queso existen bastantes variantes que emplean requesón y limón para darle mayor textura y sabor mientras que otros utilizan huevos y yema de huevo para darle mayor consistencia. La base suele ser de galleta o de masa quebrada, y en cuanto a la cubierta tenemos la clásica con confitura de arándanos, mermelada de fresa o frambuesa, chocolate o incluso sin cobertura. La que os presento hoy no os defraudará, sólo tenéis que seguir la receta paso a paso tal como os explico y respetando los ingredientes. No quedarán ni las migas.
INGREDIENTES
- 30 galletas tipo María o 300 g de galletas de avena (base)
- 75 g de mantequilla (base)
- 1 cucharada de esencia de vainilla (base)
- 50 g de nueces (base)
- 6 huevos y 2 yemas (crema)
- 600 g de queso "Philadelphia" (crema)
- 500 g de nata líquida y 3 cucharadas soperas de harina de repostería (crema)
- 200 g de azúcar y 1 yogurt griego (crema)
- 120 g de confitura de arándanos
- 120 g de confitura de frambuesas
- Agua
PREPARACIÓN DEL NEW YORK CHEESECAKE:
PREPARACIÓN DE LA BASE DE GALLETA:
1 Derretimos la mantequilla (usad el microondas, es más rápido, a temperatura baja unos 2 minutos). Con la picadora trituramos las galletas (si no tenéis, en un trapo de cocina echamos las 30 galletas y envolvemos para luego machacarlas con una cuchara o algo pesado, no os quedará tan fino pero sirve igual) y añadimos por encima la mantequilla derretida. La masa estará caliente y será muy manejable.
- 2 Añadimos la cucharada de esencia de vainilla. Trituramos las nueces y añadimos a la masa.
- 3 Cogemos la mezcla de galleta (nos comenta Macarena que ha ella le ha quedado muy bien con galletas Chiquilin o con la marca Campurrianas) y la repartimos por la base de un molde desmontable grande, 22 cm de diámetro. Apretamos contra el fondo y en los lados con la ayuda de una cuchara o con los dedos e introducimos al horno unos 10 minutos a unos 180º para que se endurezca y se evapore un poco el líquido sobrante.
- 4 Sacamos el molde y dejamos enfriar para rellenar con la crema de queso. Bajamos la temperatura del horno a 150º y lo dejamos así mientras preparamos la crema. Si vamos a preparar la crema más tarde debemos poner el horno a precalentar.
PREPARACIÓN DE LA CREMA DE QUESO:
- 1 Batimos los huevos y el azúcar hasta que blanqueen un poco, tiene que quedar una mezcla espumosa y algo blanquecina.
- Introducimos en mismo bol las dos tarrinas de crema de queso. Añadimos la nata líquida, el yogurt griego y las cucharadas de harina de repostería. Batimos hasta su completa disolución, la mezcla debe quedar homogénea y sin ningún grumo.
- 2 Vertemos sobre la base de galletas que ya estará crujiente y volvemos a introducir en el horno a 200º durante 10 minutos. Colocamos un poco de papel de aluminio encima para que no se dore demasiado, así no se nos quemará.
- 3 Pasado este tiempo bajamos la temperatura hasta los 180º y dejamos unos 60 minutos más. Cuando haya pasado ese tiempo apagamos el horno y dejamos que se enfríe dentro pero con la puerta entreabierta. De esta forma conseguimos que todo el aire caliente que ha abombado ligeramente la tarta salga poco a poco sin cambios bruscos de temperatura que a veces ocasionan grietas y hacen que no quede muy presentable. El interior de la tarta, al moverlo, parecerá un flan de huevo, no os preocupéis, se asentará.
- 4 Una vez pasado este tiempo, dejamos la tarta de queso en el horno apagado varias horas. Una vez a temperatura ambiente la tarta, la llevamos al frigorífico hasta que esté totalmente fría (lo mejor es preparar la tarta de un día para otro). En los comentarios mucha gente me comenta que en su horno requiere un poco más de tiempo, es fácil de comprobar con un tenedor, si sale casi seco ya podemos apagar el horno, acabará de asentarse con el tiempo de frío en la nevera tal como os comenté.
- 5 Metemos al frigo y dejamos enfriar en la nevera hasta el día siguiente.
PREPARACIÓN Y MONTAJE DE LA COBERTURA DE CONFITURA:
- 1 Si tenéis confitura ya hecha mucho mejor, yo antes preparaba una de moras en verano que estaba deliciosa pero esta vez he usado una mezcla de frambuesas y arándanos. Las 2 muy ricas, elegid la que más os guste.
- 2 Echamos en un cazo la confitura o mermelada y 2 cucharadas de agua. Calentamos de manera suave hasta que se forme un sirope. Apartamos del fuego y en el mismo recipiente donde esta la tarta de queso ya fría echamos el sirope de manera homogénea (como está líquido es bastante fácil). Y otra vez a la nevera durante unas horas, debe estar muy fría para su degustación.
A la hora de servirla podemos acompañarla de nata montada, de nuestro helado preferido o un buen café o té. Y aquí tenéis queridos/as amigos/as, una tarta deliciosa a buen precio y sobre todo muy sencilla.